jueves

Al final.......

......todo se reduce a lo mismo.

Sweezy VIII

LA NATURALEZA DE LAS CRISIS CAPITALISTAS

Como Marx lo expresó: “La crisis real puede explicarse solo por el movimiento real de la producción capitalista de la competencia y el crédito”.

La moneda es un rasgo necesario de una sociedad avanzada. La forma de cambio en las condiciones de la producción de cambio es M-D-M: mercancía contra dinero y dinero contra mercancía. La función del dinero es dividir el acto del cambio en dos partes (venta y compra). El productor no está ya obligado a buscar a alguien que tenga lo que él necesita y, que, al mismo tiempo, necesite lo que él tiene, sino que la moneda permite vender su producto cuando está terminado y comprar lo que le hace falta, ahorrando tiempo y resultando así posible la verdadera especialización, base de la productividad incrementada.

Pero la organización de la producción por medio del cambio privado, lleva consigo la posibilidad de una crisis. Una interrupción en la circulación, condicionado por la compra-venta, puede extenderse y llegar a afectar a toda la economía: crisis, en la cual, coinciden mercancías invendibles y necesidades insatisfechas. Cada productor ha producido más de lo que puede vender: crisis de sobreproducción, cuya causa habrá de buscarse en las circunstancias que llevaron al productor a interrumpir el proceso de cambio de sus propios productos, por los productos de los otros.

El atesoramiento, basado en la sed de oro del avaro, es una explicación concebible de una crisis. Si un aumento adecuado en la oferta total de la mercancía dinero lo compensa, no tendrá efectos apreciables en la economía; si no es así, puede ejercer una influencia persistentemente depresiva en la circulación y en la producción.

La ley de Say sostiene que una venta sigue invariablemente una compra por igual cantidad, no puede interrumpirse la circulación M-D-M, por lo tanto, no puede haber crisis ni sobreproducción.

La tesis correcta de que las crisis y la sobreproducción son improbables bajo la producción simple de mercancías, se convierte en la tesis falsa de que las crisis y la sobreproducción son imposibles en cualquier circunstancia (dogma de la imposibilidad). Sin embargo, si uno vende y deja de comprar el resultado es la crisis y la sobreproducción.

La conducta de un obrero sigue el modelo M-D-M, porque para él lo importante es el valor de uso, mientras que un capitalista sigue el modelo D-M-D´, porque para él lo importante es el valor de cambio. Para el capitalista la meta es el aumento de la plusvalía que impulsa la producción capitalista. En otras palabras, el capitalista quiere elevar al máximo su tasa de de la ganancia.

Una interrupción en el proceso de la circulación, una retención del poder de compra respecto del mercado puede llevar a una contradicción en el proceso de la circulación. Esto a su vez causa un descenso de la producción.

Si hay un aumento en la tasa de la ganancia, no hay incentivo de la producción y el capitalista retira su capital causando una reducción en la circulación. Esto causa una crisis de la sobreproducción.

La tasa de la ganancia por debajo del nivel ordinario causa una reducción de las operaciones del capitalista. En otras palabras, fluctuaciones en la tasa de la ganancia provocan crisis capitalistas.
El capitalista está interesado en reinvertir su capital, pero no lo tiene que hacer nada más obtener beneficio de sus inversiones anteriores, sino que el capitalista esperará unas condiciones favorables para esto. El aplazamiento de la inversión lleva a una interrupción de la circulación, una crisis y una sobreproducción.

La teoría moderna del ciclo económico es parecida a esta posición marxista, pero los teóricos modernos dividen la clase capitalista en dos grupos: los empresarios que organizan la producción y los capitalistas que tienen dinero e invierten en las empresas de los primeros con un interés.

En el proceso de acumulación de capital la tasa de la ganancia tiende a descender. El resultado de esto puede ser una crisis. Existen dos tipos de crisis. Si las mercancías se venden en sus valores de equilibrio, la tasa descendente de la ganancia no es un síntoma de desequilibrio en el sistema del valor, aunque si condujera a una crisis se convertiría en la causa de este desequilibrio. El segundo tipo de crisis se está causando por no poder vender las mercancías en sus valores. Si se produce sólo una mercancía y se produce demasiado, el precio de mercado cae por debajo del valor, y la ganancia se reduce o desaparece.

Sweezy VI

LA TENDENCIA DESCENDIENTE DE LA TASA DE LA GANANCIA

Comenzamos estableciendo una serie de bases: la acumulación del capital conlleva una progresiva mecanización. Esta mecanización aumenta la producción en un periodo de tiempo preestablecido, incrementando la eficiencia productiva. De esto se saca un incremento constante en la mecanización así como, un efecto similar en la composición orgánica del capital (desembolso del capitalista en materiales y maquinaria). Teniendo en cuenta esto, Marx formuló la “ley de tendencia descendente de la tasa de ganancia”:
G=p´ (1-o)
Se supone que la tasa de plusvalía (p´) es constante, luego la tasa de ganancia ( g) varía de forma inversa a la composición orgánica del capital (o). He aquí la novedad; anteriormente hemos establecido que “o” exhibe una tendencia ascendente en el curso de desarrollo capitalista, luego, para que esta fórmula se cumpla, la tasa de ganancia (g) debe caer.

Así pues, Marx enumera una serie de causas contrarrestantes, que devalúan a la ley mencionada y la etiquetan de tendencia:

Abaratamiento de los elementos del capital constante. El uso creciente de maquinaria disminuye el valor por unidad del capital constante. Esto es, que un aumenta dado en la composición orgánica del capital, que a su vez hace bajar el valor del capital constante, puede actuar como un autocorrectivo. Legando incluso a anular el aumento inicial.

Aumento de la intensidad de explotación. La prolongación de la jornada de trabajo aumenta la tasa de plusvalía, aumentando la cantidad de trabajo excedente sin afectar la del trabajo necesario. Por otro lado, el estirar y el acelerar también tienen efecto. Sin embargo, la consecuencia en ambos casos es la elevación de la tasa de ganancia.

Depresión de los salarios más abajo de su valor. Marx no hace mucho hincapié en este aspecto, ya que parte del supuesto de que los salarios están regulados por el mercado y no por los capitalistas de manera deliberada.

Sobrepoblación relativa. Una mayor composición orgánica del capital, se traduce en más maquinaria, dejando libres mayor número de trabajadores. Estos trabajadores libres favorecen la aparición de nuevas industrias que tienen una tasa de ganancia más elevada (en un inicio) que las industrias viejas. Sin embargo es necesario mencionar el otro efecto, este es la reducción en la tasa de salarios provocada por la competencia de la mano de obra, lo que tiene como efecto un incremento en la tasa de plusvalía.

Comercio exterior. El comercio exterior puede abaratar en parte los elementos del capital constantes, en parte los elementos del capital variable, también tiende a elevar la tasa de plusvalía y devalúa el valor del capital constante, subsecuentemente elevando la tasa de ganancia.

Seguimos con una crítica a esta ley, por parte de P. Sweezy:
En principio no hay razón lógica para revocar lo expuesto, pero surge la crítica a la hora de suponer una tasa de plusvalía constante y un incremento en la tasa de ganancia en detrimento de las condiciones laborales del trabajador. Lo cierto es que la productividad acrecentada beneficia ambivalentemente.

En primer lugar, el supuesto de la constante plusvalía pasa por alto el efecto que tiene el “ejército de reserva” sobre los salarios, pues los deprime, con lo cual incrementa la tasa de plusvalía. Además el propio Marx se contradice estableciendo que un ascenso en la composición orgánica del capital conlleva un aumento de la productividad, y postulando por otra parte, que el incremento de la productividad conlleva un invariable incremento en la tasa de plusvalía. A fin de cuentas, P. Sweezy aboga por una composición orgánica del capital y una tasa de plusvalía variables. Con lo cual, la tasa de ganancia queda indeterminada.

Por otro lado, existe otro error en lo postulado por Marx. Lo cierto es que en términos estáticos sí que más material y maquinaría significa más productividad, luego se puede asumir una mayor composición orgánica del capital. Sin embargo, Marx pasa por alto la dinámica de la productividad, en el sentido de que el avance científico técnico proporciona de por sí una mayor productividad de las máquinas y de los obreros. Y al ser la composición orgánica del capital un índice de valor, puede errar este al estimar en términos físicos. P.Sweezy propone considerar los cambios en la composición orgánica del capital sólo en el sentido neto que toma en cuenta el abaratamiento de los elementos del capital constante, evitando errar haciendo evaluación en términos físicos.

A estas alturas, y teniendo en cuanta lo criticado por Sweezy, no es desorbitado pensar que la tasa de plusvalía y la composición orgánica del capital son de equivalente importancia, estando el error en la atribución de “constante” a la variable de tasa de plusvalía.

Así pues, queda refutada la “ley de tendencia de ganancia descendente” , lo cual no quiere decir que exista una tendencia con similares características. Tampoco niega la validez de las causas contrarrestantes expuestas por Marx, sin embargo menciona la importancia de una de ellas en especial; el aumento de la intensidad de explotación (speed up, stretch out, taylorización, etc.) pues elevan mucho la tasa de plusvalía.

Por otro lado es necesario mencionar otras fuerzas, que se han pasado por alto, que influyen en el ámbito de esta tendencia.

Sindicatos. Si el “ejército de reserva” se encontrara en competencia libre, los salarios caerían a niveles de subsistencia, amplificando los beneficios del capitalista, siendo esto un obstáculo para la participación de los obreros en el desarrollo industrial. Los sindicatos regulan esta fuerza de trabajo.

Acción del estado en beneficio de los trabajadores. La limitación legal de la jornada de trabajo, el seguro contra el desempleo, etc. Muchos otros factores no mencionados, juntos con estos mencionados, tienden a reducir la tasa de ganancia y de plusvalía.

Organizaciones patronales. Actúan para ofrecer mejores posiciones contractuales del capital frente al trabajo, incrementando la tasa de ganancia.

Exportación del capital. Mitiga la presión sobre el mercado de trabajo doméstico, elevando la tasa de ganancia o más bien, evitando el efecto depresivo de la acumulación, puesto que reduce la competencia.

Formación de monopolios. A pesar de los objetivos de los monopolistas de elevar su propia tasa de ganancia, puede tener como efecto la elevación de la tasa de ganancia general.

Acción del estado en beneficio del capital. Por ejemplo el proteccionismo a través de impuestos aduaneros, cuyo efecto puede ser la elevación de la tasa de ganancia general.

En el análisis del capitalismo es necesario tener mucho más en cuenta que un par de variables, y aun así no será suficiente, ya que la economía es un mundo muy dinámico y en constante cambio. La economía afronta las mismas dificultades que el resto de ciencias sociales.

Sweezy V

LA ACUMULCIÓN Y EL EJÉRCITO DE RESERVA

Cuando se habla de reproducción simple nos referimos a un sistema capitalista que conserva indefinidamente las mismas dimensiones y las mismas proporciones. Para ello es necesario la reposición del capital gastado y el uso de la plusvalía en el consumo, a la vez que los obreros gastan todo su salario en el consumo. Si no ocurre esto o bien hay una acumulación de capital o bien un agotamiento de la existencia de los medios de producción.

Es decir, el valor del capital constante usado en la rama de artículos de consumo debe ser igual valor de las mercancías consumidas por los obreros y capitalistas dedicadas a producir medios de producción, de este modo no cambia la producción al año siguiente.

Estos valores de uso no son nunca el fin real del capitalista, pues prosigue la acumulación de capital para la creación de plusvalía, fuerza motriz del sistema capitalista.

El capitalista ansía la acumulación de riqueza, es un efecto del mecanismo social ya que no es una pretensión o instinto humano, el deseo del capitalista de aumentar el valor que controla, proviene de su posición especial en la organización productiva social .La acumulación de capital trae consigo una mayor posición social, estatus y sobre todo, poder. El éxito en la sociedad capitalista consiste en acumular capital propio.

Por otra parte, para mejorar el proceso de acumulación se busca la máxima eficiencia, la mejora de tecnológica. Esta mejora necesita de desembolsos de capital muy importantes, por tanto para conseguir esta mejora constante es necesaria una inversión constante que conlleva una acumulación incesante.

La posición social y el poder, van unidas pues a la acumulación de capital. De todas formas, aunque el deseo de acumular existe, existirá también está el deseo de disfrute (de ahí el consumo, el lujo).

Los capitalistas, en definitiva, quieren acumular y a la vez, consumir. Pero estas dos cosas en realidad, son contrapuestas: a más de la una, menos de la otra.

Podemos hablar también de dos teorías relacionadas con esto último:
Teoría de la espera. Capitalistas desean finalmente consumir todo lo que poseen, acumulan, en definitiva, para el disfrute posterior.
Teoría de la abstinencia. El interés del capital es el premio de la abstinencia.
Ambas operan en defensa de la plusvalía, del “status quo” pues la visión que tienen del porqué de la acumulación es errónea.

Cuando se habla, por otro lado de reproducción ampliada esta muestra la interrelación de ofertas y las demandas cuando la acumulación es tomada en cuenta, cuando los capitalistas no consumen ya totalmente la plusvalía sino que esta se divide en tres partes:
A. Consumida por los capitalistas. B. Agregada al capital constante. C. Agregada al capital variable. Sweezy en este capítulo de revisión de teoría marxista se centra en esta, es decir en la demanda acrecentada de fuerza de trabajo.

Sweezy parte del hecho indudable de que la acumulación implica un aumento de la demanda de fuerza de trabajo.

En el caso de la mercancía, el mecanismo regulador de la oferta y la demanda hace que, ante la demanda de un artículo, este suba de precio hasta que, con la entrada de competencia, el precio descienda. Pero esto no pasa con la fuerza de trabajo, porque no puede producirse. Es decir, hay mucha dificultad en aplicar la ley de valor a la mercancía de trabajo.

Se plantea una cuestión ¿Podrían entonces crecer los salarios hasta el punto de que la brecha entre el salario y el valor del objeto productivo desaparezca, es decir, el plusvalía? Nunca, pues sería la crisis total del capitalismo.

Marx entenderá que para que esto nunca ocurra, para el mantenimiento de la plusvalía, hay que mantener los salarios bajos y la existencia de un ejército de reserva. Este ejército de reserva sería una masa de obreros desocupados que, mediante su competencia ejercen una presión constante, hacia bajo, en el nivel salarial.

El ejército de reserva se recluta especialmente por los desplazados por la maquinaria y materiales a expensas de los trabajadores.

Aún así la tasa de acumulación o la introducción de maquinaria para ahorrar trabajo no marchan a un paso igual para mantener un delicado equilibrio de los salarios con la plusvalía. Por el contrario, con la acumulación y el desarrollo de la productividad del trabajo crece también la expansión rápida del capital.

Un crecimiento muy rápido de la acumulación del capital puede ser el resultado de un nuevo mercado o una nueva industria, vaciándose el ejército de reserva y decreciendo la plusvalía.

Pero tan pronto esta disminución toca el punto en que el trabajo excedente que nutre el capital no es suministrado en volumen normal, se produce una reacción, comentara a Sweezy al hilo de Marx: se capitaliza una parte menor del ingreso, la acumulación se retrasa y el movimiento al alza de los salarios se detiene. Pues la disminución del plusvalía pone en peligro el sistema.

Las crisis sirven para la reconstrucción del ejército de reserva por parte del sistema capitalista.

Sweezy señala que mientras en la teoría económica clásica los cambios en los métodos de producción son considerados esencialmente fortuitos en la teoría marxista se convierten en indispensable para el mantenimiento de sistema capitalista, pues es principalmente por las innovaciones tecnológicas como se recluta el ejército de reserva.

La noción marxista subraya principalmente los cambios que ocurren en los métodos de producción y lo que esto implica, la modificación de la organización social de una forma cualitativa a la vez que un cambio cuantitativo en las variables económicas como tales.

Sweezy IV

PLUSVALÍA Y CAPITALISMO

Es necesario diferenciar entre producción de mercancías en general y capitalismo. Capitalismo supone producción de mercancías, pero la producción de mercancías no implica necesariamente capitalismo.

La propiedad de los medios de producción corresponde a un conjunto de individuos, mientras que otro conjunto realiza el trabajo. Los medios de producción y la fuerza de trabajo son objetos de cambio, por lo tanto, portadores de valor de cambio. La relación entre propietarios y no propietarios es característica del capitalismo.

En la producción simple de mercancías el productor vende su producto a fin de comprar otros productos que satisfagan sus necesidades específicas. Marx denomina este ciclo como M-D-M. Sin embargo el capitalista acude al mercado con Dinero, compra Mercancías (fuerza de trabajo y medios de producción) y tras un proceso de producción, vuelve al mercado con un producto que convierte en Dinero. Este proceso se designa como D-M-D, siendo el dinero el principio y el fin. Para que este proceso pueda ser significativo bajo el punto de vista capitalista, el ciclo D-M-D' tiene la peculiaridad de que D' es mayor que D.

La transformación cualitativa del valor de uso es reemplazada por la expansión cuantitativa del valor de cambio como objetivo de la producción. El incremento del dinero, la diferencia entre D' y D, Marx lo denomina plusvalía, constituyendo el ingreso del capitalista. La opinión de casi todos los economistas ortodoxos de que la adquisición de plusvalía como incentivo de la producción es una característica innata de la naturaleza humana (el “móvil de la ganancia”).

El capitalista compra la fuerza de trabajo del obrero, siendo por lo tanto, la fuerza de trabajo una mercancía, teniendo así un valor como cualquier otra mercancía. Éste valor se determina por el tiempo de trabajo necesario para la producción. Dado el individuo, la producción de fuerza de trabajo consiste en su manutención. Es decir, el valor de la fuerza de trabajo es el valor de los medios de subsistencia necesarios para el mantenimiento del trabajador. El valor de la fuerza de trabajo se reduce al valor de una cantidad más o menos precisa de mercancías ordinarias.

El producto del trabajo lo recibe el obrero como salario, mientras el capitalista se apropia el producto del trabajo excedente en la forma de plusvalía. Lo específico del capitalismo es, entonces, no el hecho de la explotación de una parte de la población por otra, sino la forma que asume esta explotación: la producción de plusvalía.

El valor de cualquier mercancía producida en las condiciones del capitalismo se puede dividir en tres partes:
1. “Capital constante” (c): representa el valor de los materiales y la maquinaria usados, que no sufren alteración cuantitativa alguna en el proceso de producción.
2. “Capital variable” (v): Restituye el valor de la fuerza de trabajo, en cierto modo sufre una alteración de su valor, reproduciendo el equivalente de su propio valor y produce un excedente, una plusvalía.
3. La “plusvalía” (p)
El valor de una mercancía es: c + v + p = valor total
Ésta fórmula no se limita el análisis del valor de una sola mercancía, puede extenderse y cubrir la producción total durante cierto periodo (por ejemplo: un año). Es una versión simplificada de los balances modernos de empresas.

Proporción de la plusvalía con respecto al capital variable. Se designa con la p'.
p'= p/v
Marx lo llama la tasa de explotación, la proporción de trabajo excedente con respecto al trabajo necesario.

La tasa de la plusvalía está determinada por tres factores:
La duración del día de trabajo.
La cantidad de mercancías que entran en el salario real.
La productividad del trabajo.

El primero establece el tiempo total que debe dividirse entre el trabajo necesario y el trabajo excedente, y el segundo tercero determinan cuánto de ese tiempo debe contarse como trabajo necesario.

Marx trabaja casi siempre con la suposición de que la tasa de la plusvalía es igual en todas las ramas de la industria y en todas las empresas dentro de cada industria. Lo cual implica ciertas condiciones que se dan parcialmente en la práctica (casi nunca):
1. Debe haber una fuerza de trabajo, transferible y móvil, pudiendo hablar entonces de una competencia entre trabajadores y un equilibrio debido a la emigración de una a otra esfera de la producción.
2. Cada industria y cada empresa dentro de cada industria deben emplear exactamente la cantidad de trabajo que sea socialmente necesaria en las circunstancias existentes.
Relación del capital constante con el capital variable, en el capital total usado en la producción. La proporción del capital constante con respecto al capital total indica esta relación. Se representa con la letra o.

c/c + v = o = composición orgánica del capital

Factores que determinan la composición orgánica del capital:

La tasa de los salarios reales.

La productividad del trabajo.

El nivel común de la técnica.

La amplitud de la acumulación de capital en el pasado.

Proporción de la plusvalía con respecto al desembolso total del capital. Se designa con la letra g.

p/c + v = g = tasa de ganancia

Muestra la tasa de ganancia sobre el capital realmente empleado en la producción de una mercancía. Marx hace la suposición de que todo capital tiene un periodo idéntico de rotación de un año.

Los factores que determinan la tasa de ganancia, son idénticos a los que determinan la tasa de la plusvalía y la composición orgánica del capital. La tasa de la ganancia es una función de la tasa de la plusvalía y de la composición orgánica del capital, quedando entonces como:
g = p' (1 – 0)

A pesar de ser la variable crucial desde el punto de vista capitalista, para fines de análisis teórico debe mirársela como dependiente de las dos variables más fundamentales: la tasa de la plusvalía y la composición orgánica del capital.

Como en el caso de la tasa de la plusvalía, también se supone la igualdad general entre las industrias y las empresas.

Sweezy III

EL PROBLEMA DEL VALOR CUANTITATIVO

En este capítulo, Sweezy trata explicar las diferencias de nivel cuantitativo que se dan entre diferentes modelos de producción, a través de la óptica de la teoría del valor cuantitativo de Marx. Esta teoría del valor cuantitativo, pretende explicar las normas que rigen la asignación y la distribución de la actividad productiva, en una sociedad productora de mercancías.

Para determinar el valor del factor trabajo debe tomarse en cuenta la cantidad de tiempo socialmente necesario que conlleva su ejecución. Existe una correspondencia exacta entre las proporciones del cambio y las proporciones del tiempo de trabajo.

Se debe tener en cuenta que el trabajo más calificado tiene una mayor capacidad de producir valor. Este valor añadido puede deberse a que o bien el trabajador calificado es más productivo por una habilidad natural, o bien es más productivo por su entrenamiento superior.


Si se debiese a una habilidad natural, un trabajador más habilidoso sería siempre el más productivo en cualquier línea de producción. Si fuese debido a un entrenamiento superior, el trabajador calificado emplearía en la producción aparte de su propio trabajo, la parte del trabajo de sus maestros por la que posee una productividad superior. En la realidad, las diferencias entre trabajadores son producto de una combinación de diferencias de habilidad y entrenamiento. Marx ha recibido críticas por parte de sus retractores, argumentado que la reducción del trabajo calificado a trabajo simple implica el inferir en un círculo vicioso. La explicación es que la mayor capacidad del trabajador más calificado para crear valor se induce del mayor valor de su producto.


A su vez, el equilibrio de la oferta y la demanda será factible si el precio de cada mercancía es proporcional al tiempo de trabajo socialmente necesario para producirla; y si los productores tienen la voluntad y la posibilidad de competir libremente,. Cuando la oferta y demanda alcanzan el equilibrio, el precio mercado de una mercancía coincide con su valor real.

Marx es acusado por sus críticos por ignorar el papel de la demanda en el sentido en que no tiene encuentra las necesidades y los deseos de los consumidores. El conflicto surge porque no se puede prescindir de las demandas del consumidor. Marx comete este razona de esta manera porque en el capitalismo, la demanda existente es sólo en parte una cuestión concerniente a las necesidades de los consumidores y pensaba que las necesidades de los consumidores entraban en la categoría de elementos reactivos de la vida social.

La “la ley del valor” de Marx es una teoría de equilibrio general desarrollada con reseña, en primer lugar, a la producción simple de mercancías y ajustada después al capitalismo. Esta ley resume las fuerzas actuantes en una sociedad productora de mercancías: las proporciones del cambio de mercancías, que regula; la cantidad producida de cada una; y la asignación de la fuerza de trabajo a las diferentes ramas de la producción. Una de las principales funciones de la ley del valor es explicar que en una sociedad productora de mercancías, aunque las decisiones no se tomen de un modo coordinado, si existe el orden y no simplemente el caos.

En las sociedades de carácter socialista, la teoría de la planeación ocupa la misma posición en la economía política que la teoría del valor en la sociedad capitalista. El valor y la planeación son tan opuestos entre sí como el capitalismo y el socialismo, y por las mismas razones.

Por último, el precio es la expresión monetaria del valor y su análisis pertenece a la teoría del dinero. Los precios de producción son modificadores de la teoría del valor.

Por último, la introducción de mecanismos de monopolio en la economía obstaculiza el funcionamiento de la ley del valor como organizadora de las relaciones cuantitativas de producción y de cambio. Gracias al control que pose sobre la oferta el monopolista puede aprovecharse de las condiciones de la demanda. Las relaciones de valor cuantitativo son alteradas por el monopolio; sin embargo, las relaciones de valor cualitativo no se ve afectadas, así como las relaciones sociales básicas de la producción de mercancías.

Sweezy II

EL PROBLEMA DEL VALOR CUALITATIVO

Mercancía es todo lo que se produce para el cambio más bien que para uso del productor; así, el estudio de las mercancías es el estudio de la relación económica del cambio. En la misma línea, Marx analiza la producción simple de mercancías: cada productor tiene sus propios medios de producción y satisface sus necesidades por el cambio con otros productores que se encuentran en una situación similar.

Adam Smith, por su parte, considera que la división del trabajo es el origen de todo aumento en la productividad, pero no concibe la división del trabajo independientemente del cambio. Para él, el cambio es anterior a la división del trabajo y causa de ella. Por tanto, la ciencia económica es la ciencia de la producción de mercancías y los problemas de la economía política tienen un carácter cuantitativo.

Marx no niega la existencia de una relación entre la producción de mercancías y la división del trabajo, pero no se trata de la firme y rígida relación que describe Smith. La producción de mercancías no es la forma universal e inevitable de la vida económica. Por ello, la producción de mercancías es separada del reino de los fenómenos naturales y se convierte en materia válida de la investigación histórico-social. En consecuencia, las tareas de la economía política no son sólo cuantitativas sino también cualitativas. La relación cuantitativa entre productos responde al problema del valor cualitativo y la relación históricamente condicionada entre productores responde al problema del valor cualitativo.

La gran originalidad de la teoría del valor de Marx reside en su aceptación de estos dos elementos del problema y en su designio de considerarlos simultáneamente dentro de un solo armazón conceptual.

2. Valor de uso.

El valor de uso expresa cierta relación entre el consumidor y el objeto consumido. Marx excluía el valor de uso de la esfera de investigación de la economía política, en virtud de que no da cuerpo directamente a una relación social, a relaciones entre los hombres. Pero esto no significa que el valor de uso no deba jugar ningún papel en la economía política.

3. Valor de cambio.

Sólo en calidad de mercancías, los productos tienen valor de cambio. De este modo, el valor de cambio aparece como una relación cuantitativa entre cosas, entre las mercancías mismas. Es una forma exterior de relación social entre los propietarios de mercancías o, lo que es lo mismo en la producción simple de mercancías, entre los productores mismos. De igual forma, la relación de cambio expresa que los productores individuales, trabajando aisladamente cada uno, trabajan en realidad los unos para los otros. Para Marx, una mercancía es un simple “valor”. Como valor, una mercancía es un rasgo de una forma histórica específica de sociedad que se distingue por dos características principales: división del trabajo desarrollada y producción privada. Este análisis llevó a Marx a identificar el trabajo como la sustancia del valor.

4. Trabajo y valor.

El requisito de que todas las categorías económicas deben representar relaciones sociales condujo a Marx directamente al trabajo considerado como el valor oculto detrás del valor de cambio. El trabajo también tiene dos aspectos, uno corresponde al valor de uso y el otro al valor de la mercancía que produce. A la mercancía como valor de uso corresponde el trabajo como trabajo útil. Así, lo que el valor de uso es al valor en el caso de la mercancía, el trabajo útil es al trabajo abstracto en el caso de la actividad productiva.

5. Trabajo abstracto.

El trabajo abstracto es equivalente al trabajo en general, es lo común a toda actividad humana productiva. Antes que Marx, Petty y Franklin penetraron en la naturaleza del valor. Adam Smith y Ricardo definieron la actividad productiva de riqueza como trabajo en general, en una abstracción que pertenece a la esencia del capitalismo. Lo más importante es el volumen total de la fuerza de trabajo social y su nivel general de desarrollo. De ellos dependen las potencialidades productivas de la sociedad. El trabajo se ha convertido aquí en un medio de crear riqueza en general y ha dejado de desarrollarse junto con el individuo en un destino particular.

6. La relación de lo cuantitativo con lo cualitativo en la teoría del valor.

Es necesario ver qué implica que el trabajo abstracto sea una sustancia del valor. La mercancía en cuestión tiene de común con todas las demás mercancías el hecho de absorber una parte del total de la fuerza de trabajo disponible en la sociedad. En la misma línea, tanto la significación básica como las tareas principales de la teoría del valor cuantitativo son determinadas por el análisis cualitativo. Para Marx, el valor de cambio es tan sólo la forma fenomenal bajo la cual se oculta el valor mismo. Y la teoría central del valor cuantitativo surge de esta definición del valor como magnitud. Es la investigación de las leyes que gobiernan la asignación de la fuerza de trabajo a las diferentes esferas de la producción en una sociedad de productores de mercancías.

7. El carácter fetichista de las mercancías.

En la producción de mercancías la relación básica entre los hombres adopta, a sus ojos, la fantástica forma de una relación entre las cosas. Esta materialización de las relaciones sociales es el corazón y la médula de la doctrina del Fetichismo, de Marx. Sólo cuando la producción de mercancías adquiere un desarrollo tan alto y una difusión tan grande como para dominar la vida de la sociedad, el fenómeno de la materialización de las relaciones sociales adquiere importancia decisiva.

Por otra parte, la aplicación de las ideas y los métodos de la ciencia natural a la sociedad es uno de los rasgos más notables del periodo capitalista. La materialización de las relaciones sociales ha ejercido una profunda influencia en el pensamiento económico tradicional, en dos sentidos importantes. Primero, las categorías de la economía capitalista han sido consideradas como si fueran las inevitables categorías de la vida económica en general. Segundo, la atribución de poder independiente a las cosas no es en ninguna parte más clara que en la división tradicional de los factores de producción, de cada uno de los cuales se piensa que produce un ingreso a sus propietarios. La forma de producción de mercancías constituye el velo más eficaz posible para ocultar el verdadero carácter de clase de la sociedad capitalista. El obrero no advierte que su falta de acceso a los medios de producción lo obliga a trabajar en condiciones dictadas por aquellos que tienen el monopolio de los medios de producción y que, por consiguiente, está siendo explotado para beneficio de otros. Esta es la apariencia. Quienes consideran las formas capitalistas como naturales y eternas admiten la apariencia como verdadera representación de las relaciones sociales.

El desarrollo de la producción de mercancías bajo las condiciones del capitalismo exhibe, por una parte, una intensa racionalización de sus procesos parciales y, por otra, una creciente irracionalidad del funcionamiento del sistema como un todo. Hay que señalar que la teoría del valor cualitativo con su corolario en la doctrina del Fetichismo de la Mercancía, es el primer paso esencial en el análisis marxista del capitalismo